Las personas que reconocen la responsabilidad del Estado en la violación de derechos humanos y que sugieren que las causas del conflicto armado en Colombia se relacionan con estructuras políticas y económicas injustas que tensionan hasta la rotura el tejido social que posibilita la resolución pacífica de controversias, se representan con el modelo de memoria cruzada.
La memoria cruzada da cuenta de una historia de violencia que es coherente con un estado de cosas injusto en Colombia. Las diferencias entre los actores armados y sus aliados, así como las diferencias entre las víctimas se tienen en cuenta y se cruzan para pintar un cuadro razonable donde las múltiples violencias que afectan al país se pueden asociar con fenómenos estructurales que aseguran el mantenimiento de la injusticia. La violencia no es irracional, es el producto lógico de los intereses de unos cuantos para imponerse sobre las mayorías, ya sea a partir de la exclusión política o económica de determinados sectores de la sociedad colombiana, o a partir de violencia directa sobre los cuerpos de quienes se oponen a los intereses de los poderosos.
La memoria cruzada es sobretodo metropolitana en el sentido de que los elementos que la informan se encuentran con mayor facilidad en espacios urbanos donde la guerra se conoce por sus ecos o por su legado. Sueños de cambio político frustrados por asesinatos selectivos, el encuentro cotidiano con la pobreza o el ensanchamiento de las diferencias entre clases sociales, se pueden asociar claramente a las dinámicas del conflicto armado. En esa medida, el cruce entre los ecos de la violencia lejana, la violencia local, y fenómenos sociales como la pobreza o el distanciamiento cada vez mayor entre los privilegiados y las personas comunes, hacen ver que la violencia es un medio para un fin superior: la injusticia. Sin embargo, este modelo de memoria también se debería poder encontrar en grupos rurales donde la movilización política ha implicado las represalias de grupos paramilitares o del mismo Estado.
Ya debe ser claro que la palabra clave de este modelo de memoria emblemática es la injusticia. Otras palabras relevantes son el privilegio, las estructuras sociales, la arbitrariedad, y hasta la conspiración. En este modelo se reconoce que el Estado colombiano ha jugado un papel claro en la victimización de la población civil, así como los actores armados ilegales. Sin embargo, los actores armados ilegales pueden llegar a ser vistos como una reacción inevitable a la injusticia, y por lo tanto el juicio moral sobre ellos puede llegar a ser más suave que el que se ejerce contra la fuerza pública. A veces es tan suave que parece inexistente. Otro elemento clave de este modelo de memoria es su posición crítica a lo que se denominará el orden político, social, y económico en Colombia, que tiene distintos grados de intensidad. Finalmente, la transformación social y política para la paz es posible, pero requiere un compromiso de largo plazo con reformas estructurales que ataquen las raíces de la injusticia en Colombia.
No es difícil encontrar este modelo de memoria emblemática entre quienes, por lo menos de forma más o menos sistemática, han estudiado o reflexionado sobre el fenómeno de la violencia en Colombia. Consecuentemente, este es seguramente el modelo de memoria que la gran mayoría de expertos en la violencia colombiana sentirán como propio en mayor o menor medida. Este modelo de memoria emblemática también se debería encontrar con facilidad en grupos y comunidades urbanas y rurales que han sentido los impactos de la violencia política, especialmente a manos de grupos paramilitares o del mismo Estado.
Este modelo de memoria histórica se encuentra ampliamente representado en la literatura académica sobre la violencia en Colombia. Es más difícil encontrar ese modelo de memoria representado en lugares de memoria como museos o sitios de conmemoración, ya sea porque el Estado no financia con mucha energía aquello que lo critica, o porque el movimiento de víctimas en Colombia es mucho más amplio que el movimiento de víctimas de crímenes de Estado: A continuación, dejamos una lista de sitios donde se pueden encontrar esos rastros materiales: